CÓMO MOTIVARME PARA HACER EJERCICIO?
Independientemente de la actividad física todos estamos de acuerdo, bueno al menos el 90% creo que coincidimos acerca de los beneficios de hacer ejercicio, sin embargo
hay días que no tenemos ánimo de levantarnos tan siquiera...
Por eso, es normal que te preguntes ¿cómo me motivo
para hacer ejercicio? ¿en dónde se compra un poco de motivación?
Si es tu caso y definitivamente no
consigues motivarte para hacer ejercicio, sigue leyendo…
Piensa en esto: el ejercicio se
realiza con el cuerpo, pero, es la mente la que desea y decide empezar el
movimiento de los músculos para realizar actividad física y, por lo tanto, para
empezar o ser constantes con el ejercicio debemos de convencer a nuestra mente
en primer lugar.
Pero antes, es importante descubrir
por qué el ejercicio no nos motiva.
Es decir, si todos consideramos que
hacer ejercicio es uno de los mejores hábitos que existen ¿por qué
nos cuesta sentir motivación para empezar? o ¿por qué algunas
personas sí logran motivarse para hacer ejercicio y otras no?
¿Por qué nos cuesta sentir motivación para empezar?
1. FALTA DE INTERÉS
«Ser
físicamente activo realmente no me interesa, prefiero hacer otras
cosas con mi tiempo libre» (hay casos y muchos)
Uno de los motivos más comunes son
los intentos y fracasos acumulados en el pasado.
Sí. Esas promesas rotas de empezar
los “lunes” o “principios de año” (si quieres empezar, hazlo
cualquier día) y el no ser consecuente con tu meta o renunciar, genera cierto
malestar que tu cerebro busca evitar a futuro.
Otras veces no tienes interés en
hacer ejercicio porque no encuentras un valor o recompensa inmediata (ya que los
posibles beneficios de hacer ejercicio necesitan más tiempo). Nos encanta la
inmediatez, aunque la sensación al terminar una mini rutina de 5 minutos y
saber que estás ayudando a tu único cuerpito es hermosa y satisfactoria😄
Y por último, es probable que el
ejercicio no te interese porque tu familia, amigos o tu círculo cercano no
tienen el hábito y lo “normal” es ser sedentario, rodéate de gente con la que
te guste estar.
Puedes culpar al cansancio por las
actividades normales que realizamos (aunque estamos en tiempo de cuarentena y
de todas maneras algunas personas están realizando actividades, otras no
realizan muchas, pero hay un clima de estrés en general) Pero, está comprobado
científicamente que una sola sesión de minutos de ejercicio te regala una dosis
de energía (aunque parezca lo contrario).
2. RAZONES FÍSICAS
O INCOMODIDAD
El ejercicio requiere de
predisposición, energía y esfuerzo.
Es normal que al moverte tu corazón
lata un poco más rápido, que haya transpiración y que sientas cierta incomodidad
muscular y, todo esto puede ser una razón suficiente (sobre todo al principio)
para no tener el deseo de hacer ejercicio, esto es una razón para posponer o no
querer hacer ejercicio.
Así que tenemos que vamos a encotrar
la forma de poner en sintonía a tu cerebro para que hacer ejercicio sea una
decisión natural en tu rutina.
Estos son los dos
tipos de motivación
Primero hay que definir qué es la
motivación, y debo decir que me gusta la definición que proponen en https://habilidademocional.com/ específicamente
Automotivarse es darse a uno mismo las
razones, impulso, entusiasmo e interés con el que provocar una acción
específica o un determinado comportamiento.
Tomando en cuenta que hablamos de
ejercicio, motivarnos en este caso sería algo así:
“Tener el deseo de hacer ejercicio, haciendo
consciencia de los beneficios y decidir
tomar acción constante”
Entonces, la motivación es esa chispa
de acción que experimentamos para decidir empezar a hacer ejercicio y
bueno, hacerlo. Todo nace en nuestra
mente, debemos ser amigos de nuestra mente, nos ayuda a hacer hasta lo impensable….
Así que sin importar si decidiste
hacer ejercicio en casa, o empezar a practicar un deporte, verás que
puedes distinguir muy bien entre los siguientes 2 tipos de motivación:
Motivación extrínseca (por motivos
externos)
Generalmente
cuando perseguimos recompensas que no están relacionadas con el simple hecho de
hacer ejercicio per se, significa que estás motivado extrínsecamente. Por
ejemplo: hacer ejercicio para poder comer más golosinas o para conseguir una
aprobación de los demás.
Cuando la
motivación para hacer ejercicio es únicamente de este tipo, hay más
probabilidad de renunciar porque nos enfocamos en algo a corto plazo o externo
y superficial. En pocas palabras no estamos completamente convencidos de hacer
ejercicio en nuestro interior, aunque puede funcionar como detonante para dar
el primer paso, pero para ser constante a futuro lo importante es que se tenga
una verdadera motivación intrínseca.
Motivación intrínseca (por motivos de
tu interior)
Esta es la
motivación que buscamos. Queremos reunir los motivos internos suficientes para
desear hacer ejercicio y tomar acción de forma constante a largo plazo.
Cuando uno
está intrínsecamente motivado, experimentas sentimientos de placer, emoción y
alegría por el simple hecho de hacer ejercicio.
Quizás sí
buscamos una recompensa externa como lograr ganar una carrera o tener un cuerpo
atlético, pero, la motivación principal para tomar acción tiene que con nacer a
partir de motivos o razones que encuentras dentro de ti para motivarte y
empezar a hacer ejercicio.
Piensa en
esto: el ejercicio se realiza con el cuerpo, pero, es la mente la que desea y
decide empezar el movimiento de los músculos para realizar actividad física y,
por lo tanto, para empezar o ser constantes con el ejercicio debemos de
convencer a nuestra mente en primer lugar.
Es
importante descubrir por qué el ejercicio no nos motiva.
Es decir,
si todos sabemos que hacer ejercicio es uno de los hábitos más valiosos que
existen ¿por qué no se logra sentir motivación para empezar? o quizás más
relevante ¿por qué algunas personas sí logran motivarse para
hacer ejercicio y otras no?
¿Por qué el
ejercicio no nos motiva?
Probablemente
hay más razones que estrellas en el cielo para explicar por qué no tienes una
rutina más activa, pero, desde mi punto de vista la falta de motivación para
hacer ejercicio, puede explicarse a grandes rasgos por las siguientes 2
grandes razones:
1. Por falta de interés
En el 2009
se vio que en una semana típica, el 60% de los adultos europeos no realizaba
ningún tipo de actividad física o deporte. Y el 40% está de acuerdo con la
siguiente afirmación: «Ser
físicamente activo realmente no me interesa, prefiero hacer
otras cosas con mi tiempo libre»
Una de las
razones que más cuesta reconocer es la falta de interés para hacer ejercicio.
Quizás
estás consciente de los beneficios y sabes que deberías de empezar o retomarlo,
pero en el fondo simplemente no te interesa y ¡no sabes por qué exactamente!
¿Por qué hay falta de interés?
Uno de los
motivos más comunes son los intentos y fracasos acumulados en el pasado.
Sí. Esas
promesas rotas de empezar los “lunes” o “principios de año” y el no
ser consecuente con tu meta o renunciar, genera cierto malestar que tu cerebro
busca evitar a futuro.
Otras veces
no tienes interés en hacer ejercicio porque no encuentras un valor o recompensa
inmediata (ya que los posibles beneficios de hacer ejercicio necesitan más
tiempo).
Y por
último, es probable que el ejercicio no te interese porque tu familia, amigos o
tu círculo cercano no tienen el hábito y lo “normal” es ser sedentario.
De
cualquier forma, si hacer ejercicio no te interesa es probable
que se derive en lo siguiente:
- Una percepción de falta de tiempo
Si en el
fondo el hacer ejercicio no representa tanto peso en tu apretada rutina como
para renunciar a otras actividades (por ejemplo el café de la mañana o la serie
de la tarde) simplemente la “falta de tiempo” se convierte en una excusa que te
hace sentir un ligero alivio temporal.
·
Sientas que te hace falta fuerza de voluntad
Cuando algo
no te interesa pero te cuesta reconocerlo o cuando has fallado a tu propósito
de hacer ejercicio antes, es normal buscar una explicación o un culpable y es
cuando aparece la falta de fuerza de voluntad.
Pero,
según Patricia
Ramírez psicóloga experta en el deporte, la fuerza de voluntad es algo
con lo que nacemos todos. Solo tienes que hacer uso de esta fuerza de
voluntad preinstalada en
ti para comprobar que sí tienes fuerza de voluntad.
Este es el tiempo mínimo con el que puedes empezar a hacer ejercicio y
tener beneficios
- Culpes a la pereza o el cansancio
Es normal
sentir cansancio debido a las demandas de la vida moderna como: una
jornada exhaustiva, pasar muchas horas en desplazamientos, un trabajo de
escritorio, compromisos familiares, y un largo etcétera.
Pero, está
comprobado científicamente que una sola sesión de minutos de ejercicio te
regala una dosis de energía (aunque parezca lo contrario).
Y la
segunda razón que trata de explicar por qué el ejercicio no nos motiva es la
siguiente.
2. Por razones físicas o incomodidad
El ejercicio requiere de energía y
esfuerzo.
Es normal
que al moverte tu corazón lata un poco más rápido, que sudes y que sientas
cierto disconfort muscular y, todo esto puede ser una razón suficiente (sobre
todo al principio) para no tener el deseo de hacer ejercicio. 9
Si en tu
memoria hay un recuerdo de dolor muscular luego de tu última experiencia
haciendo ejercicio (piensa en esos días después de la clase de
«crossfit»), tu cerebro también toma nota e interpreta al ejercicio
como algo doloroso
que hay que evitar en el futuro.
Estas
experiencias negativas afectan la autoimagen que tienes frente a tu condición
física lo que te hace sentir que no estás «en forma» o «capacitado»
para empezar a hacer ejercicio y, por eso pospones el iniciar.
Así que
tenemos que encontrar la forma de poner en sintonía a tu cerebro para que hacer
ejercicio sea una decisión natural en tu rutina.
Y para eso,
tienes que desarrollar una motivación que nace dentro de ti, sigue leyendo.
Estos son
los dos tipos de motivación
Primero hay
que definir qué es la motivación, mejor dicho AUTOMOTIVARSE es desear, darse a
uno mismo las razones, impulso, entusiasmo e interés con el que provocar una
acción específica o un determinado comportamiento.
Y
aterrizando en el tema del artículo, motivarnos en este caso sería algo así:
“Tener el
deseo de hacer ejercicio y decidir tomar acción constante”
Entonces,
la motivación es esa chispa de acción que experimentamos para decidir empezar a
hacer ejercicio y bueno, hacerlo.
Así que sin
importar si decidiste hacer ejercicio en casa, ir al gimnasio o empezar a
practicar un deporte, verás que puedes distinguir muy bien entre los siguientes
2 tipos de motivación:
Motivación extrínseca (por motivos
externos)
Un
porcentaje significativo de personas puede tener el
hábito de hacer ejercicio como ir
al gimnasio o correr regularmente en base a una sensación de «tener que» en
lugar de realmente «querer» hacerlo
Generalmente
cuando perseguimos recompensas que no están relacionadas con el simple hecho de
hacer ejercicio per se,
significa que estás motivado extrínsecamente. Por ejemplo: hacer ejercicio para
poder comer más golosinas o para conseguir una aprobación de los demás.
Cuando la
motivación para hacer ejercicio es únicamente de este tipo, hay más
probabilidad de renunciar porque nos enfocamos en algo a corto plazo o externo
y superficial. En pocas palabras no estamos completamente convencidos de hacer
ejercicio en nuestro interior.
Sin
embargo, en ocasiones este tipo de motivación puede funcionar como detonante
para dar el primer paso, pero para ser constante a futuro lo importante es que
se tenga una verdadera motivación intrínseca.
Motivación intrínseca (por motivos de
tu interior)
Esta es la
motivación que buscamos. Queremos reunir los motivos internos suficientes para
desear hacer ejercicio y tomar acción de forma constante a largo plazo.
Cuando uno
está intrínsecamente motivado, experimentas sentimientos de placer, emoción y
alegría por el simple hecho de hacer ejercicio.
Quizás sí
buscamos una recompensa externa como lograr ganar una carrera o tener un cuerpo
atlético, pero, la motivación principal para tomar acción tiene que con nacer a
partir de motivos o razones que encuentras dentro de ti.
Se ha visto
en varios estudios que cuando se tiene este tipo de motivación hay más
constancia, aumenta la probabilidad de adoptar el hábito y existe más entusiasmo
para hacer ejercicio.
También
este tipo de motivación aplica para ejercicio de bajas a altas
intensidades e incluso en sobrevivientes de cáncer y personas con
sobrepeso
¿Qué se necesita para lograr esta
valiosa motivación intrínseca?
Nadie puede
poner dentro de ti esta motivación, para poder experimentar motivación
intrínseca para hacer ejercicio ¡hay que empezar haciendo ejercicio!
Es importante empezar con una meta
basada en lo que a ti te motiva.
Así que te
presento a la teoría de la
autodeterminación.
No es para
nada compleja. Esta teoría simplemente busca encontrar las razones que existen
detrás de nuestras decisiones saludables.
Trata de
explicar por qué deseamos y decidimos hacer una actividad sin estar
influenciados por algo o alguien fuera de nosotros. Y esta es la parte más
importante para convertir al ejercicio en un hábito.
Encuentra
tu motivación entendiendo las 3 necesidades naturales y universales que todos
los humanos en el mundo tenemos:
Autonomía:
Tenemos la
necesidad de sentir que somos dueños de nuestro destino y que al menos tenemos
cierto control sobre lo que hacemos, sobre las decisiones que tomamos y la
forma en cómo invertimos el tiempo
En otras
palabras, es sentir ese empoderamiento de que sí puedes lograr grandes cosas
por ti.
Competencia:
Es la
necesidad de sentir un crecimiento, de subir de nivel, avanzar o tener más
dominio sobre las tareas que son importantes para nosotros.
En otras
palabras, es esa sensación de orgullo de mirar atrás y ver todo lo que has
avanzado y, al mismo tiempo, retarte y ver todo lo que aún puede seguir
mejorando.
Relaciones:
Somos seres
sociales y buscamos tener un sentido de pertenencia y conexión con los demás.
Sentir que formas parte de un grupo, ser un mejor ejemplo en tu círculo más
cercano o tener un propósito social son algunos ejemplos sobre esta necesidad
psicológica.
Cuando
estás cumples con estas 3 necesidades, aumentan las probabilidades de desear
hacer ejercicio y tomar acción para lograrlo
Y para
saber si tienes estás 3 necesidades psicológicas humanas o, mejor dicho para
saber en qué proporciones las tienes, he creado el ecualizador de la motivación.
El ecualizador de la motivación
Todos los
humanos tenemos estás 3 necesidades psicológicas, pero, como somos diferentes,
es probable que las tengamos en distintos niveles.
Por
ejemplo, en mi caso las relaciones es una necesidad más importante que la
competencia o la autonomía y, quizás para ti la autonomía se convierten en una
necesidad más importante que ser competitivo o muy social.
Por eso, yo
lo veo como un ecualizador de sonido ¿los has visto?
Como puedes
ver en este ecualizador de la motivación, existen estos 3 distintos volúmenes:
Autonomía, Competencia y Relaciones.
Cada persona tiene un oído único y
una canción distinta que tocar, así que el ajuste de sonido en el ecualizador
será diferente para cada quién.
Lo más
importante es que conocerte mejor y saber qué necesidad es más importante para
ti. Esto te ayudará a encaminar tu meta de hacer ejercicio en una
dirección que realmente te motive a largo plazo.
Por
ejemplo, si para ti es más importante que tu meta de hacer ejercicio te ayude a
bajar de peso y no te gusta sudar, por supuesto debes escoger una disciplina
como el YOGA, el POLE FITNESS en los que si sudas, pero no como en una clase
con BOTAS DE REBOTE Pero, si para ti es
más importante sentir felicidad, cansancio, sudor, adrenalina, sí que puede ser una buena opción, en casa la
comparativa puede ser entre YOGA, PILATES y HIIT.
Tener la meta de «hacer ejercicio» es
muy poco específica así que es importante que definas qué tipo de ejercicio
hacer y cómo hacerlo.
Si quieres
tener una idea más acertada sobre lo que te motiva, tienes que conocer qué
necesidad psicológica es más relevante para ti.
Crea tu meta de hacer ejercicio según
lo que a ti te motiva
- Si tu necesidad principal es la
autonomía:
Busca que
tu meta para hacer ejercicio te regale mucha flexibilidad y poder de decisión
sobre cuánto, cuándo y cómo hacer ejercicio.
Por ejemplo: Un app para hacer ejercicio o una rutina de ejercicio
online
- Si tu necesidad principal es la competencia:
Empieza a
practicar un deporte con reglas o una rutina de ejercicios que tenga niveles.
También puede motivarte el llevar un registro de tus avances pues esto te
ayudará a sentir un progreso que te motiva.
Por ejemplo: una rutina de ejercicio estructurada por niveles o
iniciarte en un deporte (¡nunca es tarde!)
- Si tu necesidad principal es las
relaciones:
Sentirte
parte de un grupo o tener claro un propósito social para hacer
ejercicio, te motivará a empezar.
Por ejemplo: únete a una comunidad virtual o empieza a correr para
participar en carreras con un propósito social.
Así que no
esperes más y busca rutinas para ti, según tus necesidades…. Hay rutinas desde
5 minutos…