mayo 05, 2020

CÓMO MOTIVARME PARA HACER EJERCICIO?


CÓMO MOTIVARME PARA HACER EJERCICIO?

Independientemente de la actividad física todos estamos de acuerdo, bueno al menos el 90% creo que coincidimos  acerca de los beneficios de hacer ejercicio, sin embargo hay días que no tenemos ánimo de levantarnos tan siquiera...



Por eso, es normal que te preguntes ¿cómo me motivo para hacer ejercicio? ¿en dónde se compra un poco de motivación?
Si es tu caso y definitivamente no consigues motivarte para hacer ejercicio, sigue leyendo…
Piensa en esto: el ejercicio se realiza con el cuerpo, pero, es la mente la que desea y decide empezar el movimiento de los músculos para realizar actividad física y, por lo tanto, para empezar o ser constantes con el ejercicio debemos de convencer a nuestra mente en primer lugar.
Pero antes, es importante descubrir por qué el ejercicio no nos motiva.
Es decir, si todos consideramos que hacer ejercicio es uno de los mejores hábitos   que existen ¿por qué nos cuesta sentir motivación para empezar? o ¿por qué algunas personas sí logran motivarse para hacer ejercicio y otras no?

¿Por qué nos cuesta sentir motivación para empezar?
1. FALTA DE INTERÉS
«Ser físicamente activo realmente no me interesa, prefiero hacer otras cosas con mi tiempo libre» (hay casos y muchos)
Uno de los motivos más comunes son los intentos y fracasos acumulados en el pasado.
Sí. Esas promesas rotas de empezar los  “lunes” o “principios de año” (si quieres empezar, hazlo cualquier día) y el no ser consecuente con tu meta o renunciar, genera cierto malestar que tu cerebro busca evitar a futuro.
Otras veces no tienes interés en hacer ejercicio porque no encuentras un valor o recompensa inmediata (ya que los posibles beneficios de hacer ejercicio necesitan más tiempo). Nos encanta la inmediatez, aunque la sensación al terminar una mini rutina de 5 minutos y saber que estás ayudando a tu único cuerpito es hermosa y satisfactoria😄
Y por último, es probable que el ejercicio no te interese porque tu familia, amigos o tu círculo cercano no tienen el hábito y lo “normal” es ser sedentario, rodéate de gente con la que te guste estar.
Puedes culpar al cansancio por las actividades normales que realizamos (aunque estamos en tiempo de cuarentena y de todas maneras algunas personas están realizando actividades, otras no realizan muchas, pero hay un clima de estrés en general) Pero, está comprobado científicamente que una sola sesión de minutos de ejercicio te regala una dosis de energía (aunque parezca lo contrario).
2. RAZONES FÍSICAS O INCOMODIDAD
El ejercicio requiere de predisposición,  energía y esfuerzo.
Es normal que al moverte tu corazón lata un poco más rápido, que haya transpiración y que sientas cierta incomodidad muscular y, todo esto puede ser una razón suficiente (sobre todo al principio) para no tener el deseo de hacer ejercicio, esto es una razón para posponer o no querer hacer ejercicio.
Así que tenemos que vamos a encotrar la forma de poner en sintonía a tu cerebro para que hacer ejercicio sea una decisión natural en tu rutina.
Estos son los dos tipos de motivación
Primero hay que definir qué es la motivación, y debo decir que me gusta la definición que proponen en https://habilidademocional.com/ específicamente Automotivarse es darse a uno mismo las razones, impulso, entusiasmo e interés con el que provocar una acción específica o un determinado comportamiento.  
Tomando en cuenta que hablamos de ejercicio, motivarnos en este caso sería algo así:
“Tener el deseo de hacer ejercicio, haciendo consciencia de los beneficios  y decidir tomar acción constante”
Entonces, la motivación es esa chispa de acción que experimentamos para decidir empezar a hacer ejercicio y  bueno, hacerlo.  Todo nace en nuestra mente, debemos ser amigos de nuestra mente, nos ayuda a hacer hasta lo impensable….
Así que sin importar si decidiste hacer ejercicio en casa,  o empezar a practicar un deporte, verás que puedes distinguir muy bien entre los siguientes 2 tipos de motivación:
Motivación extrínseca (por motivos externos)
Generalmente cuando perseguimos recompensas que no están relacionadas con el simple hecho de hacer ejercicio per se, significa que estás motivado extrínsecamente. Por ejemplo: hacer ejercicio para poder comer más golosinas o para conseguir una aprobación de los demás.
Cuando la motivación para hacer ejercicio es únicamente de este tipo, hay más probabilidad de renunciar porque nos enfocamos en algo a corto plazo o externo y superficial. En pocas palabras no estamos completamente convencidos de hacer ejercicio en nuestro interior, aunque puede funcionar como detonante para dar el primer paso, pero para ser constante a futuro lo importante es que se tenga una verdadera motivación intrínseca.
Motivación intrínseca (por motivos de tu interior)
Esta es la motivación que buscamos. Queremos reunir los motivos internos suficientes para desear hacer ejercicio y tomar acción de forma constante a largo plazo.
Cuando uno está intrínsecamente motivado, experimentas sentimientos de placer, emoción y alegría por el simple hecho de hacer ejercicio.
Quizás sí buscamos una recompensa externa como lograr ganar una carrera o tener un cuerpo atlético, pero, la motivación principal para tomar acción tiene que con nacer a partir de motivos o razones que encuentras dentro de ti para motivarte y empezar a hacer ejercicio.
Piensa en esto: el ejercicio se realiza con el cuerpo, pero, es la mente la que desea y decide empezar el movimiento de los músculos para realizar actividad física y, por lo tanto, para empezar o ser constantes con el ejercicio debemos de convencer a nuestra mente en primer lugar.
Es importante descubrir por qué el ejercicio no nos motiva.
Es decir, si todos sabemos que hacer ejercicio es uno de los hábitos más valiosos que existen ¿por qué no se logra sentir motivación para empezar? o quizás más relevante ¿por qué algunas personas  logran motivarse para hacer ejercicio y otras no?
¿Por qué el ejercicio no nos motiva?
Probablemente hay más razones que estrellas en el cielo para explicar por qué no tienes una rutina más activa, pero, desde mi punto de vista la falta de motivación para hacer ejercicio, puede explicarse a grandes rasgos por las siguientes 2 grandes razones:
1. Por falta de interés 
En el 2009 se vio que en una semana típica, el 60% de los adultos europeos no realizaba ningún tipo de actividad física o deporte. Y el 40% está de acuerdo con la siguiente afirmación: «Ser físicamente activo realmente no me interesa, prefiero hacer otras cosas con mi tiempo libre»  
Una de las razones que más cuesta reconocer es la falta de interés para hacer ejercicio.
Quizás estás consciente de los beneficios y sabes que deberías de empezar o retomarlo, pero en el fondo simplemente no te interesa y ¡no sabes por qué exactamente!
 ¿Por qué hay falta de interés?
Uno de los motivos más comunes son los intentos y fracasos acumulados en el pasado.
Sí. Esas promesas rotas de empezar los  “lunes” o “principios de año” y el no ser consecuente con tu meta o renunciar, genera cierto malestar que tu cerebro busca evitar a futuro.
Otras veces no tienes interés en hacer ejercicio porque no encuentras un valor o recompensa inmediata (ya que los posibles beneficios de hacer ejercicio necesitan más tiempo).
Y por último, es probable que el ejercicio no te interese porque tu familia, amigos o tu círculo cercano no tienen el hábito y lo “normal” es ser sedentario. 
De cualquier forma, si hacer ejercicio no te interesa es probable que se derive en lo siguiente: 
  • Una percepción de falta de tiempo
Si en el fondo el hacer ejercicio no representa tanto peso en tu apretada rutina como para renunciar a otras actividades (por ejemplo el café de la mañana o la serie de la tarde) simplemente la “falta de tiempo” se convierte en una excusa que te hace sentir un ligero alivio temporal.
·         Sientas que te hace falta fuerza de voluntad
Cuando algo no te interesa pero te cuesta reconocerlo o cuando has fallado a tu propósito de hacer ejercicio antes, es normal buscar una explicación o un culpable y es cuando aparece la falta de fuerza de voluntad.
Pero, según Patricia Ramírez psicóloga experta en el deporte, la fuerza de voluntad es algo con lo que nacemos todos. Solo tienes que hacer uso de esta fuerza de voluntad preinstalada en ti para comprobar que sí tienes fuerza de voluntad.
Este es el tiempo mínimo con el que puedes empezar a hacer ejercicio y tener beneficios
  • Culpes a la pereza o el cansancio
Es normal sentir cansancio debido a las demandas de la vida moderna como: una jornada exhaustiva, pasar muchas horas en desplazamientos, un trabajo de escritorio, compromisos familiares, y un largo etcétera.
Pero, está comprobado científicamente que una sola sesión de minutos de ejercicio te regala una dosis de energía (aunque parezca lo contrario).
Y la segunda razón que trata de explicar por qué el ejercicio no nos motiva es la siguiente.
2. Por razones físicas o incomodidad
El ejercicio requiere de energía y esfuerzo.
Es normal que al moverte tu corazón lata un poco más rápido, que sudes y que sientas cierto disconfort muscular y, todo esto puede ser una razón suficiente (sobre todo al principio) para no tener el deseo de hacer ejercicio. 9
Si en tu memoria hay un recuerdo de dolor muscular luego de tu última experiencia haciendo ejercicio (piensa en esos días después de la clase de «crossfit»), tu cerebro también toma nota e interpreta al ejercicio como algo doloroso que hay que evitar en el futuro.
Estas experiencias negativas afectan la autoimagen que tienes frente a tu condición física  lo que te hace sentir que no estás «en forma» o «capacitado» para empezar a hacer ejercicio y, por eso pospones el iniciar.
Así que tenemos que encontrar la forma de poner en sintonía a tu cerebro para que hacer ejercicio sea una decisión natural en tu rutina.
Y para eso, tienes que desarrollar una motivación que nace dentro de ti, sigue leyendo.
Estos son los dos tipos de motivación
Primero hay que definir qué es la motivación, mejor dicho AUTOMOTIVARSE es desear, darse a uno mismo las razones, impulso, entusiasmo e interés con el que provocar una acción específica o un determinado comportamiento.
Y aterrizando en el tema del artículo, motivarnos en este caso sería algo así:
“Tener el deseo de hacer ejercicio y decidir tomar acción constante”
Entonces, la motivación es esa chispa de acción que experimentamos para decidir empezar a hacer ejercicio y  bueno, hacerlo.
Así que sin importar si decidiste hacer ejercicio en casa,  ir al gimnasio o empezar a practicar un deporte, verás que puedes distinguir muy bien entre los siguientes 2 tipos de motivación:
Motivación extrínseca (por motivos externos)
Un porcentaje significativo de personas puede tener el hábito de hacer ejercicio como ir al gimnasio o correr regularmente en base a una sensación de «tener que» en lugar de realmente «querer» hacerlo 
Generalmente cuando perseguimos recompensas que no están relacionadas con el simple hecho de hacer ejercicio per se, significa que estás motivado extrínsecamente. Por ejemplo: hacer ejercicio para poder comer más golosinas o para conseguir una aprobación de los demás.
Cuando la motivación para hacer ejercicio es únicamente de este tipo, hay más probabilidad de renunciar porque nos enfocamos en algo a corto plazo o externo y superficial. En pocas palabras no estamos completamente convencidos de hacer ejercicio en nuestro interior.
Sin embargo, en ocasiones este tipo de motivación puede funcionar como detonante para dar el primer paso, pero para ser constante a futuro lo importante es que se tenga una verdadera motivación intrínseca.
Motivación intrínseca (por motivos de tu interior)

Esta es la motivación que buscamos. Queremos reunir los motivos internos suficientes para desear hacer ejercicio y tomar acción de forma constante a largo plazo.
Cuando uno está intrínsecamente motivado, experimentas sentimientos de placer, emoción y alegría por el simple hecho de hacer ejercicio.
Quizás sí buscamos una recompensa externa como lograr ganar una carrera o tener un cuerpo atlético, pero, la motivación principal para tomar acción tiene que con nacer a partir de motivos o razones que encuentras dentro de ti. 
Se ha visto en varios estudios que cuando se tiene este tipo de motivación hay más constancia, aumenta la probabilidad de adoptar el hábito y existe más entusiasmo para hacer ejercicio. 
También este tipo de motivación aplica para ejercicio de bajas a altas intensidades  e incluso en sobrevivientes de cáncer y personas con sobrepeso 
¿Qué se necesita para lograr esta valiosa motivación intrínseca?
Nadie puede poner dentro de ti esta motivación, para poder experimentar motivación intrínseca para hacer ejercicio ¡hay que empezar haciendo ejercicio!
Es importante empezar con una meta basada en lo que a ti te motiva.
Así que te presento a la teoría de la autodeterminación.
No es para nada compleja. Esta teoría simplemente busca encontrar las razones que existen detrás de nuestras decisiones saludables.
Trata de explicar por qué deseamos y decidimos hacer una actividad sin estar influenciados por algo o alguien fuera de nosotros. Y esta es la parte más importante para convertir al ejercicio en un hábito.
Encuentra tu motivación entendiendo las 3 necesidades naturales y universales que todos los humanos en el mundo tenemos:
Autonomía:
Tenemos la necesidad de sentir que somos dueños de nuestro destino y que al menos tenemos cierto control sobre lo que hacemos, sobre las decisiones que tomamos y la forma en cómo invertimos el tiempo 
En otras palabras, es sentir ese empoderamiento de que sí puedes lograr grandes cosas por ti.
Competencia:
Es la necesidad de sentir un crecimiento, de subir de nivel, avanzar o tener más dominio sobre las tareas que son importantes para nosotros. 
En otras palabras, es esa sensación de orgullo de mirar atrás y ver todo lo que has avanzado y, al mismo tiempo, retarte y ver todo lo que aún puede seguir mejorando.
Relaciones: 
Somos seres sociales y buscamos tener un sentido de pertenencia y conexión con los demás. Sentir que formas parte de un grupo, ser un mejor ejemplo en tu círculo más cercano o tener un propósito social son algunos ejemplos sobre esta necesidad psicológica.
Cuando estás cumples con estas 3 necesidades, aumentan las probabilidades de desear hacer ejercicio y tomar acción para lograrlo 
Y para saber si tienes estás 3 necesidades psicológicas humanas o, mejor dicho para saber en qué proporciones las tienes, he creado el ecualizador de la motivación.
El ecualizador de la motivación
Todos los humanos tenemos estás 3 necesidades psicológicas, pero, como somos diferentes, es probable que las tengamos en distintos niveles.
Por ejemplo, en mi caso las relaciones es una necesidad más importante que la competencia o la autonomía y, quizás para ti la autonomía se convierten en una necesidad más importante que ser competitivo o muy social.
Por eso, yo lo veo como un ecualizador de sonido ¿los has visto?
Como puedes ver en este ecualizador de la motivación, existen estos 3 distintos volúmenes: Autonomía, Competencia y Relaciones.
Cada persona tiene un oído único y una canción distinta que tocar, así que el ajuste de sonido en el ecualizador será diferente para cada quién.
Lo más importante es que conocerte mejor y saber qué necesidad es más importante para ti. Esto te ayudará a encaminar tu meta de hacer ejercicio en una dirección que realmente te motive a largo plazo.
Por ejemplo, si para ti es más importante que tu meta de hacer ejercicio te ayude a bajar de peso y no te gusta sudar, por supuesto debes escoger una disciplina como el YOGA, el POLE FITNESS en los que si sudas, pero no como en una clase con BOTAS DE REBOTE  Pero, si para ti es más importante sentir felicidad, cansancio, sudor, adrenalina,  sí que puede ser una buena opción, en casa la comparativa puede ser entre YOGA, PILATES y HIIT.
Tener la meta de «hacer ejercicio» es muy poco específica así que es importante que definas qué tipo de ejercicio hacer y cómo hacerlo.
Si quieres tener una idea más acertada sobre lo que te motiva, tienes que conocer qué necesidad psicológica es más relevante para ti.
Crea tu meta de hacer ejercicio según lo que a ti te motiva
  • Si tu necesidad principal es la autonomía: 
Busca que tu meta para hacer ejercicio te regale mucha flexibilidad y poder de decisión sobre cuánto, cuándo y cómo hacer ejercicio.
Por ejemplo: Un app para hacer ejercicio o una rutina de ejercicio online
  • Si tu necesidad principal es la competencia: 
Empieza a practicar un deporte con reglas o una rutina de ejercicios que tenga niveles. También puede motivarte el llevar un registro de tus avances pues esto te ayudará a sentir un progreso  que te motiva.
Por ejemplo: una rutina de ejercicio estructurada por niveles o iniciarte en un deporte (¡nunca es tarde!)
  • Si tu necesidad principal es las relaciones: 
Sentirte parte de un grupo o tener claro un propósito social para hacer ejercicio, te motivará a empezar.
Por ejemplo: únete a una comunidad virtual o empieza a correr para participar en carreras con un propósito social.
Así que no esperes más y busca rutinas para ti, según tus necesidades…. Hay rutinas desde 5 minutos…















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